Todo comenzó cuando un vecino alertó sobre una moto que habría quedado tirado en una calle del barrio Pilar. Al llegar, los policías encontraron a dos jóvenes cerca del rodado. Apenas vieron el patrullero, los chicos se subieron de apuro a la moto e intentaron escapar por una picada del barrio Dos Valles. La carrera terminó rápido: en el medio del descampado, se salió la cadena y ambos fueron alcanzados. Se los trasladó a la unidad siguiendo el protocolo para menores. La moto quedó retenida para determinar su procedencia.
Luego, mientras personal de la SENAF se hacía cargo de los adolescentes, otro episodio inesperado sacudió la tarde. Una mujer llegó hasta la guardia de la comisaría y, sin anunciarse, empujó la puerta e ingresó por la fuerza acompañada por varias personas.
El grupo avanzó hasta la zona de trabajo interno y la mujer comenzó a golpear a dos empleados que se encontraban allí. La escena generó tensión inmediata, pero los uniformados reaccionaron con firmeza y lograron contenerla sin que la situación escalara.
Además, y pese al clima hostil, se dispuso que la agresora fuera atendida por personal médico para certificar su estado antes de completar el trámite judicial correspondiente. El procedimiento siguió bajo la supervisión de la Fiscalía de turno, que determinó las actuaciones a seguir.