Con gran presencia de familias y con el apoyo del Cine Móvil de Río Negro, el trabajo de las y los adolescentes se proyectó directamente en playón del conocido barrio de Viedma.
Este corto fue el resultado final de un taller que estuvo a cargo de Rafael Ontivero y Luciano Cutrera.
La operadora de la Casita de Nehuen, Romina Pollizzi nos cuenta que “la idea de los chicos y chicas fue pensar en un adolescente que va recorriendo el barrio y se va encontrando con las cosas que hay. Se encuentra con chicos jugando a la bolita, al ring raje, otros que los invitan a tomar un trago, otros que se están peleando, ven a la murga. Empiezan a aparecer un montón de cosas, un collage de lo que hay en el barrio”.
“Después aparece una voz en off, que es el pensamiento de este adolescente, que se va preguntado por su pertenencia al barrio, por su identidad, por sus amigos. De esto se trata el corto, ellos eligieron cómo mostrar el barrio y esto tiene que ver con el acceso a derechos. Desde mostrar qué espacio tienen para jugar o para poder encontrarse con sus amigos y, cosas que no les gustan tanto del mismo barrio. Ellos pudieron contarlas, mostrarlas y todos esos matices tienen que ver con su propia construcción de identidad”, agregó.
En el estreno estuvieron presentes la titular de la secretaría de Estado de Niñez, Adolescencia y Familia, Roxana Méndez el intendente de Viedma, Pedro Pesatti y la Defensora del Pueblo de Viedma, Nora Aurora Cader, quienes entregaron a todas y todos los que participaron un certificado.
“La experiencia fue hermosa porque los adolescentes tienen una energía particular y linda. El cine comunitario es un cine que nace desde la comunidades, y a diferencia del cine tradicional, acá no está la figura del director, acá la comunidad es la que cuenta la historia en formato asamblea, en ronda se elige qué se va a contar, cómo se va a narrar y, cuando se vas a filmar, se lo hace en un sistema de rodaje en cual no hay rol definido, los chicos van intercambiando los roles, van rotando”, explicó el tallerista Ontiveros, que es parte de la Red de Cine Comunitario Argentino.
“El tema de los derechos es clave y está relacionado con el cine comunitario ya que con este tipo de cine les brindamos a ellos las herramientas de expresión que es derecho fundamental. El cine comunitario cuenta con todos los requisitos que necesita un niño para poder expresarse. Acá no importa si el corto lo ven en otros lugares o festivales. Lo que nos importa es que los chicos cuando cuentan su historia se sientan auto representados, les refuerce su identidad, su autoestima. El cine comunitario es un cine de transformación”, finalizó.