“Queremos superar el sabor amargo que nos dejó el año pasado. La pandemia y el aislamiento nos pegó justo dos días antes de la fiesta aniversario y tuvimos que suspenderla. Por eso ahora queremos festejar, mostrar todo lo que logramos y tomar fuerza para seguir”, expresó la intendenta de la localidad, Silvina Frías
La jefa comunal representa bien la lucha y la conquista de espacios de las mujeres. Luego de 28 años de una carrera dedicada a la docencia, aceptó saltar al ruedo de la política y llegó a la Intendencia municipal de su pueblo de toda la vida.
Nadie le dijo que a los pocos meses de iniciar la gestión le iba a llegar la pandemia con semejante desafío, pero rápidamente reorganizó sus objetivos y pudo transitar el último año con fuerza y logros para mostrar.
Entre los hechos que más la entusiasman, asociados a la capacitación y el trabajo, estuvo la puesta en marcha de la formación de las “Mujeres Constructoras de Maquinchao”, como trascendió la iniciativa que surgió de su inquietud de erradicar las letrinas de las viviendas de los vecinos, y que encontró eco en la interventora del IPPV, Inés Pérez Raventos.
Así nació en Río Negro el programa de constructoras y se estrenó en Maquinchao, con la capacitación de ocho mujeres del pueblo con la Cooperativa Raíces de Bariloche. Luego del aprendizaje las mujeres se pusieron manos a la obra y proyectaron la construcción baños en 30 viviendas de familias vulnerables de Maquinchao.
“Es la primera experiencia en la Provincia”, expresó la Intendenta con orgullo, anticipando que la novedad será una de las alegrías de la fiesta aniversario de este viernes 19 de marzo, para compartir con la gobernadora Arabela Carreras, quien sigue de cerca el programa.
Desarrollo en la adversidad
Maquinchao espera a los invitados con otras importantes del pueblo, que trabajó bien frente a la emergencia sanitaria y logró “aplastar” la curva de contagios, sufriendo dos picos rápidamente contenidos.
“Fue un trabajo arduo muy importante de la Municipalidad junto al Hospital y la Policía, y hasta octubre no tuvimos ningún caso. Luego sufrimos un crecimiento de contagios y llegamos a 98 pacientes con COVID, pero volvimos a bajar hasta después de las fiestas de fin de año, que logramos llegar a cero casos. Así estuvimos un mes y medio hasta que el miércoles volvimos a tener un caso”, relató la Intendenta.
Aún con los inconvenientes sanitarios Maquinchao tuvo logros importantes.
La Municipalidad tuvo un reordenamiento general e incorporó un juez de Faltas y su secretaria, ambos cargos por concurso que recayeron en Elio Quilodrán y Silvina Cabeza.
Las designaciones llevaron a un programa de capacitación de vecinos y vecinas en Higiene y Seguridad del Tránsito, y por otra parte en breve lanzarán otros cursos de Márketing Digital, Publicidad y E-commerce para microemprendientos.
El Ejecutivo y el Concejo crearon el primer Manual de Contrataciones, y también impulsaron junto al grupo Autoconvocado de Maquinchao una ordenanza inspirada en la Ley Micaela, contextualizada en el pueblo y rigurosa, para cerrar el acceso al empleo y función pública de postulantes con denuncias de violencia de género, discriminación y hasta expresiones machistas o degradantes a cualquier persona.
Otra de las novedades del pueblo fue la incorporación del servicio de fibra óptica y telefonía por 4G, conectividad de gran utilidad en pandemia para todos los vecinos y para el desarrollo de actividades económicas.
Corazón lanero
La historia de Maquinchao ubicó a la localidad de la Región Sur en el corazón lanero de la estepa rionegrina, y de hecho la ubicó como Capital Provincial de la Lana y sede de la Fiesta Nacional de la Lana, que se hace el primer fin de semana de febrero (se suspendió este año por la pandemia).
Como sucede en toda la Línea Sur la llegada del ferrocarril marcó un hito en la comunidad, de acuerdo al relato histórico consignado en la página web de la Municipalidad de Maquinchao.
Los trabajos del ferrocarril llegaron al lugar en 1912 y construyeron la Estación Maquinchao en 1913. Tres años tuvo el pueblo como “Punta Rieles” -el lugar en donde terminaba el recorrido del tren que venía de Plaza Constitución-, época que marcó el principio del auge económico de toda la zona.
Cerca de ahí estaba la estancia de capitales ingleses The Argentine Southern Land Company (ASLCo), que a finales del siglo 19 recibió las tierras del Gobierno nacional y se convirtió en una famosa productora mundial de lana merino.
Antes del desarrollo productivo y comercial la zona de Maquinchao era lugar de una llamativa confluencia y convivencia pacífica de pueblos originarios de toda la Patagonia, que incluso suscitó el uso de diferentes vocablos para nombrarlo: “Mackintschau“ (según la grafía alemana con el que lo registró el explorador germano Georges Claraz) o “Margensho” (como lo llamó su colega inglés George Chaworth Musters). Francisco P. Moreno lo llamaba “Makinchau” y el Censo Nacional de 1895 cita el Distrito Maquinchegua.
Las crónicas históricas señalan que Maquinchao viene del mapudungun mapuche y es un topónimo que refiere a los vocablos machi=chamán y chao= padre de familia. La denominación se originó en un asentamiento indígena ubicado a 5 kilómetros del pueblo actual, en el arroyo homónimo que era usado como lugar de invernada.