Los calambres, el agotamiento físico, las dificultades en los movimientos y los golpes de calor comienzan mayoritariamente cuando se expone a un clima caluroso sin tomar los recaudos necesarios. Para hacer actividad física se deben tomar algunas precauciones para que la práctica sea segura, saludable y aumente la calidad de vida.
Durante la primera hora de la mañana o en la noche, cuando la temperatura es menor, es el momento más adecuado para realizar actividad física. Si las mismas son al aire libre se debe evitar la exposición en las horas de mayor radiación solar (aproximadamente entre las 12 y 17 horas).
Además, deben tenerse en cuenta las recomendaciones médicas en cuanto al tipo de actividad aconsejada, hacer el calentamiento previo y los ejercicios finales de estiramiento, que son esenciales para evitar lesiones.
Las actividades recomendadas son caminatas, clases de gimnasia, bicicleta y actividades deportivas realizadas en forma recreativa, entre otros, por tener menos impacto y poder realizarse sin restricciones de edad.
Una buena hidratación es fundamental ya que el organismo pierde más líquido que en otras épocas por las temperaturas elevadas y la excesiva transpiración. Como mínimo se deben consumir ocho vasos de agua por día e incluir en la dieta frutas frescas, verduras, cereales y lácteos, desayunar siempre antes de realizar ejercicio y dar tiempo a una correcta digestión.
Al aire libre es importante usar gorro y en las partes del cuerpo expuestas abundante protección solar, como mínimo factor 20. Utilizar ropa cómoda, fresca y de colores claros, calzado adecuado, en lo posible, liviano y flexible, acorde a la actividad.