Se trata de Karut (Trueno) que nació en Ecoparque Buenos Aires, fue incubado artificialmente y criado con asistencia de títeres de látex; Suyan (Esperanza) nació en el Parque Faunístico y Ecológico Yastay de La Rioja; Amancay (Flor) en el Bioparque Temaiken; Takiyiwe (Libertad) en el Parque Faunístico San Juan; mientras que Paqarina (Generadora de Vida) y Ñorquinquera (Sonido de Agua) fueron rescatadas en Río Negro y rehabilitadas en Ecoparque Buenos Aires.
La secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Dina Migani destacó la labor que vienen llevando adelante desde hace muchos años estas instituciones para la reinserción de esta especie protegida y monumento natural de la Provincia.
Migani agregó que se está trabajando en un nuevo convenio para llevar adelante distintas actividades en las Áreas Naturales Protegidas de la provincia contra el uso de cebos tóxicos, además de otras acciones de capacitación, difusión y educación ambiental.
Los cóndores permanecerán durante dos meses en recintos de liberación, fortaleciendo sus lazos sociales y familiarizándose con su nuevo hogar.
Las aves fueron trasladas por Aerolíneas Argentinas hasta la Ciudad de Trelew, donde los asistentes de campo del Ecoparque Bs. As, Fundación Bioandina, miembros de la Fundación Patagonia Natural y personal del Ministerio de Ambiente y Control de Desarrollo Sustentable de Chubut los recibieron para transportarlos por vía terrestre hasta la Sierra Paliman.
El retorno del cóndor al mar
A mediados del siglo XIX, naturalistas como Charles Darwin, Enrique Hudson y Perito Moreno, avistaban cóndores en la costa Atlántica Patagónica, incluso tan al norte como la desembocadura del río Negro. Esta imagen, que supo cautivar a los antiguos naturalistas, se había perdido con la extinción local de la especie durante más de 100 años.
Sin embargo, a partir de diciembre de 2003, gracias a un esfuerzo internacional de conservación denominado “El Retorno del Cóndor al Mar” fue posible reintroducir la especie en su antigua área de distribución. Desde entonces, 51 ejemplares han sido liberados y, gracias a intensos trabajos de campo y sofisticados sistemas de seguimiento satelital, sabemos que están ganando día a día mayor experiencia de vuelo, llegando a recorrer distancias mayores a 600 km desde su lugar de suelta, sobrevolando las provincias de Río Negro, Chubut, Neuquén, incluso cruzando los límites con Chile, evidenciando con sus vuelos los lugares clave para la conservación de estas fabulosas aves.
Luis Jacome, director Proyecto Conservación Cóndor Andino en Fundación Bioandina, manifestó que “su adaptación al entorno es altamente exitosa. En noviembre de 2009, fueron descubiertos los primeros nidos y, desde entonces, ya son 10 los pichones nacidos en vida silvestre. A través de refugios camuflados, pudimos ser testigos de la crianza por parte de sus padres, seguir sus vuelos uniendo la cordillera con el mar y ver cómo van madurando”.