Hasta ese momento, los 16 alumnos del colegio no tenían un espacio propio y usaban las instalaciones de la capilla para desarrollar sus actividades diarias.
Pero con el nuevo edificio los estudiantes, docentes y porteros ya cuentan con la posibilidad de seguir el ciclo lectivo con todas las comodidades para enseñar y aprender.
Además, desde ese día la escuela es de Jornada Completa, lo que implica la creación de más cargos y más horas de clases.
Y como si fuera poco, el espacio se convirtió en un punto de encuentro para la comunidad, donde se desarrollan diferentes eventos fuera de temporada.